Cómo manejar el miedo al fracaso cuando quieres emprender
Aprender a manejar el miedo al fracaso es, tal vez, uno de los aprendizajes que más impulso va a darte para conseguir llevar a buen puerto tus proyectos y emprendimientos. Da igual si ya has intentado llevar adelante un proyecto o si es ahora cuando estás pensando en hacerlo. Una de las etapas por las que vas a tener que pasar es la de afrontar el miedo al «¿qué pasará?».
Las personas nos sentimos mucho más cómodas cuando nos movemos en medio de certezas que cuando tenemos que lidiar con la incertidumbre. Aunque siempre habrá quien viva feliz en ese estado sorpresa ante lo que el futuro le pueda traer. Pero el común de los mortales preferimos tener por anticipado claras y bien amarradas todas las posibles opciones. Aunque ya puedes imaginar que es una pretensión imposible de alcanzar.
Y, puesto que no vas a poder tener todas las respuestas que necesitas por anticipado, no te va a quedar más remedio que aprender a manejarte en la incetidumbre, por más que te resulte desagradable. Spoiler: cuando aceptas el no saber como parte del proceso, acaba resultando menos antipático de lo que ahora te parece.
Si no vas a poder eliminar la incertidumbre de tu vida, ya estás tardando en empezar a aplicar alguna manera de lidiar con ella. Te ofrezco algunas ideas. Sigue leyendo.
Qué hacemos cuando tenemos miedo a fracasar
Son precisamente algunas de las estrategias que ponemos en funcionamiento para hacer frente a lo desconocido las que nos llevan a no lograr lo que queremos.
Tal vez te resultan familiares algunos de estos comportamientos:
- postergar lo que sabes que tienes que hacer
- boicotearte mentalmente con mil excusas que justifican porque no está tan mal no hacerlo
- cargarte de otras ocupaciones que te impiden tener tiempo para eso que necesitas hacer
- no encontrar nunca el momento adecuado para empezar (puede leer el post Emprender en tiempos de crisis)
- ser víctima de la parálisis por análisis
- …
Para vencer a tu enemigo, primero debes conocerlo bien.
Aunque en realidad la única batalla que vas a tener que pelear es contra tus creencias acerca del significado de la palabra fracaso.
1. Analiza qué asociaciones mentales haces cuando piensas en fracasar. ¿No son todas muy catastróficas? ¿No hay un exceso de drama en ellas? Te recuerdo que no todo lo que no sale como esperabas te lleva de cabeza a la ruína, al abandono de los demás. Hay muchos sinónimos que puedes aplicar cuando las cosas no salgan como esperabas: contrariedad, equivocación, decepción, chasco, desengaño… No juzgues siempre el resultado a bulto.
2. Asume que cuantos más errores cometes, más cerca estás de conseguirlo. Da igual si hablamos de meter canastas, dibujar, hablar en público, relacionarte con los demás o conseguir tener éxito en tu proyecto emprendedor.
3. Aléjate del pensamiento todo o nada (es una distorsión cognitiva, pero de esto hablaremos en otro momento) y cámbialo por un pensamiento incremental. Es decir, un resultado inesperado no tira por tierra todo tu planteamiento. No esperes a que el proyecto se complete para sentir que lo has conseguido. Valora los pequeños avances.
4. Deja de tratarte como si fueras la única persona de este mundo que no puede meter la pata. Reconoce que eres capaz de entender, perdonar y minimizar los fallos de los demás. Pero, por alguna extraña razón, has decidido que no es lo mismo, que lo que en los demás no está tan mal en ti es lo peor de lo peor…
5. Reconcíliate con tu miedo. No es más que una emoción que lo único que intenta es protegerte. Pero si dejas que campe a sus anchas y lo alimentas con pensamientos catastrofistas, dejará de ser útil. Ya sabes, ante una situación de peligro: ataque, huída o parálisis.
6. Usa el miedo como brújula. El miedo nos previene de lanzarnos al mundo poniendo en peligro nuestra integridad. Pero, la verdad, emprender no es poner en peligro tu vida. No, al menos, si usas la prudencia como guía. Te pongo un ejemplo. Si para lanzar tu proyecto necesitas hipotecar la casa de tus padres, la pérdida, en caso de que no te salgan bien las cosas, es muy elevada, sobre todo para ellos. En este caso, está claro que el proyecto se escapa de tu capacidad actual para afrontar ese riesgo. Empieza con un proyecto en el que lo que juegues sea una pérdida asumible en caso de no salir como esperabas.